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miércoles, 29 de abril de 2015

Aloe vera, poderosa fórmula biológica




Muy conocida por sus múltiples propiedades terapéuticas, contiene unas 200 moléculas activas, entre ellas aminoácidos, vitaminas A, C, E, B1, B2, B3, B6, B12, proteínas y enzimas. En el mundo existen un centenar de especies de aloe y sólo 3 ó 4 están dotadas de los principios activos útiles. Además, recientes investigaciones han probado la eficacia del aloe vera como coadyuvante en los procesos regenerativos de los tejidos: anestesia los tejidos, dilata los capilares, estimula la cicatrización e hidrata los tejidos. Además es considerado un potente antiarrugas pues permite que la piel mantenga siempre un nivel óptimo de hidratación y elasticidad.
El aloe penetra en las tres capas de la piel: epidermis, dermis e hipodermis, y expulsa las bacterias y los depósitos de grasa que tapan los poros. Al mismo tiempo la acción de los nutrientes naturales, los minerales, las vitaminas, etc., estimulan la reproducción de nuevas células. En las plantas los principios activos se hallan siempre biológicamente equilibrados por la presencia de sustancias complementarias, que van a potenciarse entre si, de forma que en general no se acumulan en el organismo, y sus efectos indeseables están limitados.
Hoy en día han aparecido teorías que explican el mecanismo de acción del aloe como consecuencia de una actuación conjunta de todos los principios activos que lo constituyen, siendo los polisacáridos presentes en el aloe, quienes realizan la función de coordinar la acción del resto de los componentes.
Propiedades
  • Inhibidora del dolor
    Sus principios activos tienen una notable capacidad de penetración hasta los planos más profundos de la piel, inhibiendo y bloqueando las fibras nerviosas periféricas (receptores del dolor) interrumpiendo el modo reversible a la conducción de los impulsos. Además de esto, reduce el dolor por poseer una poderosa fuerza antiinflamatoria.
  • Antiinflamatorio
    Tiene una acción similar a la de los esteroides, como la cortisona, pero sin sus efectos nocivos colaterales. Por eso es útil en problemas como artritis, lesiones, golpes, picaduras de insectos, etc.
  • Coagulante
    Por contener calcio, potasio y celulosa, el aloe vera provoca en las lesiones la formación de una red de fibras que aseguran las plaquetas de la sangre, ayudando en la coagulación y cicatrización.
  • Queratológico
    Hace que la piel dañada dé lugar a un tejido de células nuevas.
  • Antibiótico
    Su capacidad bacterioestática, bactericida y funguicida (antiviral), elimina bacterias.
  • Regenerador celular
    Posee una hormona que acelera la formación y el crecimiento de células nuevas.
  • Energético y nutritivo
    El aloe vera contiene 19 aminoácidos esenciales, necesarios para la formación y estructuración de las proteínas, que son la base de las células y tejidos, y también minerales, todos elementos indispensables para el metabolismo y actividad celular.
  • Rehidratante y cicatrizante
    Penetra profundamente en las tres capas de la piel, restituyendo los líquidos perdidos, reparando los tejidos desde dentro hacia fuera en las quemaduras (fuego o sol), fisuras, cortes, raspaduras, pérdida de tejido, etc. Así, se puede utilizar como fotoprotector contra las quemaduras solares, e incluso contra este tipo de quemaduras una vez producidas. También después de la depilación evita rojeces, erupciones, granos, y cierra rápidamente los poros dilatados.

Historia milenaria
El conocimiento de los aloes y del acíbar, jugo que producen sus hojas se remonta a la antigüedad.
En Andalucía existían grandes plantaciones de aloes en tiempo de los árabes, entusiastas propagadores del uso medicinal del acíbar, hasta que el empleo generalizado de la farmacopea moderna lo relegó al olvido junto a la mayoría de las plantas medicinales.
El aloe ha sido usado desde el origen de la humanidad hasta nuestros días, de hecho, es común hallar referencias a esta planta en pasajes de la Biblia.
En el siglo I d.C. Dioscórides lo describió intensamente en su herbario griego por sus virtudes medicinales y cosméticas.
Como anecdotario, Alejandro Magno conquistó la isla Socotora en el sur de Arabia, porque en ella había gran cantidad de aloes que servirían para la curación de heridas y enfermedades de sus soldados durante las campañas militares.
También hay datos que sitúan la utilización medicinal de la planta en el antiguo Egipto y se dice que Cleopatra lo usaba diariamente como ingrediente esencial en sus cuidados corporales.

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